Las infecciones del tracto urogenital afectan a más de 300 millones de mujeres al año. En muchos casos se experimenta una recurrencia de los síntomas, especialmente durante el primer año tras la infección original. Normalmente la mayoría de los casos sin complicación sólo suponen molestias y se resuelven entre uno y siete días de terapia antibiótica, pero los casos con afectación del riñón son más graves, suelen requerir hospitalización y puede ocurrir daño renal o incluso la muerte (Reid, 2001).
Flora vaginal normal
Los lactobacilos están presentes de forma natural en el tracto urogenital de hembras de mamífero. De hecho son los microorganismos dominantes en la flora vaginal de mujeres sanas y se cree que juegan un papel relevante en la prevención de infecciones de urogenitales. Las especies predominantes son: Lactobacillus inners (35%), Lactobacillus crispatus (32%), Lactobacillus delbruekii (5%), Lactobacillus acidofilus (5%) y Lactobacillus gaseri (5%). En casos de infecciones urinarias recurrentes los organismos dominantes pasan a ser los uropatógenos como Escherichia coli; Gardnerella vaginalis en la vaginosis bacteriana recurrente; o Candida albicans en la vaginitis fúngica recurrente (Reid y Bruce, 2003).
La capacidad de adhesión de los lactobacilos y la producción de sustancias como ácidos (especialmente ácido láctico), biosurfactantes, bacteriocinas y peróxido de hidrógeno que son tóxicas para los patógenos, podrían prevenir la aparición de infecciones urogenitales y acelerar la recuperación tras una infección (Reid, 2001).
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Infección urinaria
La infección urinaria es la presencia de gérmenes patógenos en la orina debido a la infección de la uretra, la vejiga urinaria, el riñón o la próstata. También se le denomina infección de orina o infección del tracto urinario (ITU). Se clasifica según la zona del tracto urinario donde se localiza principalmente la infección:
- Uretritis: infección urinaria localizada en la uretra.
- Cistitis: infección urinaria localizada en la vejiga urinaria. Se divide en cistitis no complicadas y cistitis recurrentes según la tendencia a la aparición de recaídas.
- Pielonefritis: infección urinaria localizada en los riñones.
- Prostatitis: infección urinaria localizada en la próstata.
Infecciones vaginales
La infección vaginal se caracteriza habitualmente por la presencia de exudado vaginal (leucorrea), picor vulvar e irritación; también puede detecctarse olor vaginal. Las tres causas más frecuentes de infección vulvovaginal son la vaginosis bacteriana, la vaginitis candidiásica y la vaginitis por Trichomonas vaginalis (Perea 2010):
Vaginosis Bacteriana
Es la causa más frecuente de exudado vaginal y de mal olor de vagina, aunque en casi la mitad de los casos no se notan los síntomas. La vaginosis bacteriana es una alteración de la flora vaginal, en la que la flora bacteriana normal, constituida por bacilos grampositivos (Lactobacillus spp.), se halla sustituida por cocobacilos gramnegativos (Gardnerella vaginalis) y una flora variada que comprende diversas especies anaerobias. En su patogénesis intervienen sinérgicamente G. vaginalis y los anaerobios que producen el mal olor.
La causa de esta disbacteriosis es desconocida, y se asocia con la existencia de múltiples parejas sexuales, duchas vaginales y pérdida de Lactobacillus, lo que provoca una elevación del pH vaginal.
Vulvovaginitis por Candida (Candidiasis)
La colonización vaginal por Candida es relativamente frecuente. Muchas mujeres también presentan colonización en la zona anorrectal. Sin embargo, solo la mitad tienen sintomatología de vulvovaginitis candidiásica, que incluye inflamación vulvar y vaginal, fisuras y existencia de un exudado adherente a la mucosa, blanquecino y amarillento. El pH vaginal se mantiene en 4,5. No siempre tiene la candidiasis el carácter de ETS, pudiendo ser una infección endógena.
En la patogenia de esta infección actúan como factores predisponentes la diabetes, el embarazo, el uso de contraceptivos orales, la obesidad, el empleo reciente de antimicrobianos y la utilización de corticoides.
Vaginitis por Trichomonas
La infección por T. vaginalis constituye una de las ETS más frecuentes en el mundo, en la embarazada se ha asociado a parto prematuro y recién nacido de bajo peso. Produce leucorrea profusa, espumosa, amarillo-verdosa y maloliente, con abundantes polimorfonucleares, pH alcalino y prurito vaginal.
Probióticos vaginales
En una revisión de estudios clínicos (Williams 2010), se comentan tres estudios sobre el uso de probioticos en la prevención y remisión de infecciones urogenitales:
- (Hilton 1995): a 28 mujers con sintomas de candidiasis vulvovaginal se les administraron supositorios vaginales con el probiotico LGG dos veces al día pos siete días y las mujeres informaron de una mejora en los sintomas vaginales, así como una reducción en el enrojecimiento y descarga vaginal.
- (Reid 2001b): Administraron oralmente dos veces al dia por diez dias una mezcla de L. rhamnosus y L. fermentum a 10 mujeres sin síntomas de infección pero con una historia de infecciones urogenitales recurrentes. Con el objetivo de ver la capacidad de llegar a la vagina de probióticos administrados oralmente (debido a la proximidad del ano a la vagina). A los diez dias del experimento almenos una o las dos bacterias probioticas habían llegado a la vagina de las participantes y no se produjo ningún caso de candidiasis vulvovaginal durante el estudio.
- (Hilton 1992): Se encontró que el consumo de un preparado fermentado de Lactobacillus acidofilus diariamente durante un tiempo de estudio de seis meses redujo considerablemente la colonización e infecciones vaginales por candida (una media de 0.38 frente a una media de 2.54 en el grupo control sin consumo de probiótico).
Aunque estos resultados son interesantes e indican que prodria haber un efecto positivo de los probioticos en la prevención de las infecciones urogenitales, estos estudios presentan una serie de limitaciones de diseño y analisis estadistico, por lo que habría que repetirlos en condiciones más controladas y con mayor número de participantes.
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Referencias:
Hilton E, Rindos P, Isenberg HD. 1995. Lactobacillus GG vaginal suppositories and
vaginitis. J Clin Microbiol. 33:1433.Letter.
Hilton E, Isenberg HD, Alperstein P et al. 1992. Ingestion of yogurt containing Lactobacillus
acidophilus as prophylaxis for candidal vaginitis. Ann Intern Med. 116:353-7.
Perea, E.J. 2010. Infecciones del aparato genetial femenino: vaginitis, vaginosis y cervicitis. Medicine 10:3910-4.
Reid, G. 2001a. Probiotic agents to protect the urogenital tract agains infection. Am J Clin Nutr 73:437S-43S.
Reid G, Bruce AW, Fraser N et al. 2001b. Oral probiotics can resolve urogenital infections. FEMS Immunol Med Microbiol. 30:49-52.
Reid, G., A. W. Bruce. 2003. Urogenital infections in women: can probiotics help? Postgrad Med J 79:428-432.
Williams, N.T. 2010. Probiotics, Clinical Review. Am J Health-Syst Pharm 67:449-458.