(Vrese et al., 2001)
La lactosa es el azúcar presente en la leche, es un disacárido formado por la unión de una molécula de glucosa y otra de galactosa. La lactosa no puede ser absorbida en el intestino, pero sí la glucosa y la galactosa una vez que el enzima lactasa ha separado estas dos unidades.
Figura: Hidrólisis del disacarido lactosa (izquierda) en sus dos componentes, galactosa (1) y glucosa (2). Esta reacción es catalizada por el enzima lactasa.
Si baja el nivel de lactasa se origina una mala digestión de la lactosa. La disminución del nivel de lactasa se puede clasificar, según su origen, en dos tipos:
- Deficiencia primaria de lactasa. Normal. Afecta a unas ¾ partes de la población adulta mundial. La actividad de la lactasa comienza a declinar aproximadamente después del destete y disminuye hasta un nivel de 5-10 % de su actividad original, con excepción de poblaciones nordicas europeas que conservan altos niveles de lactasa durante toda la vida.
- Deficiencia secundaria de lactasa. Causada por algún tipo de daño a la membrana del intestino delgado como infecciones, cirugía gastrointestinal o desnutrición.
La mala digestión de la lactosa puede producir los síntomas de intolerancia a la lactosa: producción de gas, calambres, dolor y distensión abdominal, y diarrea osmótica.
El consumo de productos lácteos fermentados es beneficioso. A pesar de tener un alto contenido en lactosa, no produce los síntomas de intolerancia a la lactosa debido a la presencia de lactasa del microorganismo y a la textura más sólida del yogur respecto a la de la leche lo que le confiere un tiempo de vaciado gástrico más largo y un transito intestinal más lento permitiendo una mejor actividad de la lactasa residual.
Referencias:
Vrese, M. de, A. Stegelmann, B. Richter, S. Fenselau, C. Laue & J. Schrezenmeir. 2001. Probiotics—compensation for lactase insufficiency. Am J Clin Nutr 73:421S-9S.