Los probióticos pueden influir positivamente sobre la fisiología intestinal del huésped. Esta influencia puede ser directa o indirecta a través de la modulación del ecosistema microbiano intestinal o del sistema inmunitario (Marteau et al., 2001).
Los microorganismos patógenos se unen específicamente a las células que forman el epitelio intestinal. Tras esta unión el patógeno induce alteraciones en la función celular o daños en los tejidos, lo que lleva asociado síntomas como diarreas y dolor abdominal.
Las bacterias probióticas compiten con las patógenas por la unión a las células intestinales, y se adhieren preferentemente, impidiendo (o disminuyendo en parte) la unión de los patógenos y previniendo la infección (Tuomola et al., 1999).
Estos efectos de adhesión competitiva y modulación de la fisiologia intestinal, junto con la estimulación del sistema inmunitario y las defensas del huésped, hace que la ingestión de probióticos sea útil para prevenir y tratar afecciones gastrointestinales como la diarrea asociada a antibioticos, gastroenteritis, infecciones intestinales y diarrea del viajero. También pueden prevenir el sobrecrecimiento de bacterias en el intestino delgado y favorecen la exclusión de Helicobacter pylori, responsable de úlceras gastroduodenales.
Referencias:
Marteau, P.R., M. de Vrese, C.J. Celier & J. Schrezenmeir. 2001. Protecion from gastrointestinal diseases with the use of probiotics. Am J Clin Nutr 73:430S-6S.
Tuomola, E.M., A.C. Ouwehand & S.J. Salminen. 1999. The effect of probiotic bacteria on the adhesion of pathogens to human intestinal mucus. FEMS Immunol Med Microbiol 26:137-42.